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¿Hasta qué punto la inteligencia artificial respeta el límite del respeto a la ciudadanía?

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Até que ponto a inteligência artificial respeita o limite do respeito a cidadania ?

El chatbot ChatGPT, desarrollado por la empresa tecnológica OpenAI, está suscitando debates sobre la necesidad de reglas para la era de la inteligencia artificial (IA). El sistema afirma que existen muchas perspectivas diferentes sobre el tema y que los esfuerzos para establecer reglas para la IA deben involucrar a una amplia gama de partes interesadas, incluidos expertos en IA, representantes de otras áreas relevantes como el derecho, la ética y la política, las comunidades afectadas y la sociedad civil. y gobierno.

Sin embargo, la profesora de derecho, innovación y sociedad de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido, Lilian Edwards, afirma que las normas para la IA deberían ser obligatorias. En apenas unos meses, ChatGPT se ha convertido en el más destacado de una nueva generación de sistemas de “IA generativa” que producen texto, código, imágenes e incluso vídeos que a menudo son indistinguibles de los creados por humanos.

Esta capacidad de producir contenido de calidad humana plantea dudas sobre la necesidad de una regulación para proteger a los usuarios contra el uso indebido de la tecnología y los riesgos asociados con su uso. La regulación puede ayudar a garantizar que la IA se utilice de forma ética y responsable, preservando al mismo tiempo la privacidad y la seguridad de las personas.

Edwards destaca que la regulación de la IA debe establecerse mediante procesos democráticos, con una amplia participación de las partes interesadas y consulta pública. Ella cree que las reglas deberían abordar cuestiones como la responsabilidad por los daños causados por los sistemas de inteligencia artificial, la privacidad, la seguridad, la transparencia y la supervisión humana.

Estas preguntas son especialmente importantes a medida que la IA se utiliza cada vez más en áreas como la atención sanitaria, las finanzas y la justicia penal, donde las decisiones pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas. La regulación también es importante para garantizar que la IA se utilice para promover el bienestar humano y la sostenibilidad ambiental.

La popularidad de los chatbots con respuestas sorprendentemente parecidas a las humanas plantea dudas sobre la necesidad de nuevas regulaciones para la inteligencia artificial (IA) y quién debería establecerlas. El chatbot más destacado de la nueva generación de sistemas de IA generativa es ChatGPT, desarrollado por la empresa OpenAI. Si bien los sistemas son fáciles de usar y capaces de producir contenido atractivo, también plantean preocupaciones sobre la pérdida de empleos y la producción de información errónea. La profesora de derecho Lilian Edwards destaca la importancia de una regulación obligatoria y la necesidad de crear conciencia sobre cómo funciona la IA, incluso para los niños en las escuelas. La profesora de ética y tecnología Joanna Bryson destaca que la tecnología es capaz de comprender las emociones humanas, lo que hace cada vez más difícil distinguirlas de las creaciones humanas. A pesar de esto, Bryson cree que las directrices voluntarias sobre IA publicadas durante la última década siguen siendo suficientes.

ChatGPT es sólo la punta del iceberg en la investigación de la IA. Empresas e instituciones públicas ya están utilizando tecnologías similares para automatizar decisiones en áreas como la vigilancia y la justicia penal, lo que aumenta el riesgo de daño permanente. Los gobiernos de todo el mundo han estado trabajando en la legislación sobre IA durante años, siendo China una excepción notable la que ya ha publicado su legislación sobre IA. La Unión Europea (UE) también ha estado trabajando en una ley de IA desde 2018, y el próximo conjunto de directrices de la UE incluirá reglas particularmente estrictas para las “aplicaciones de alto riesgo”, para garantizar que la IA no discrimine a las minorías vulnerables. Las instituciones del bloque de la UE deben iniciar discusiones finales que podrían conducir a leyes que obliguen a las empresas a revelar a los clientes cuándo están hablando realmente con software de inteligencia artificial. La UE espera que sus leyes se conviertan en un punto de referencia internacional para la regulación de la IA y sean copiadas por los gobiernos de todo el mundo.

En resumen, el auge del chatbot ChatGPT y otros sistemas de IA generativa está generando un debate sobre la necesidad de reglas para la era de la IA. La regulación debe establecerse mediante procesos democráticos, con una amplia participación de las partes interesadas, y debe abordar cuestiones como la responsabilidad por daños, la privacidad, la seguridad, la transparencia y la supervisión humana. La regulación es esencial para garantizar que la IA se utilice de manera ética y responsable, preservando la privacidad y la seguridad de las personas y promoviendo el bienestar humano y la sostenibilidad ambiental.

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