Tecnología
¿Hasta qué punto pueden los chips en el cerebro controlar a los humanos?
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Elon Musk, fundador de la empresa de neurotecnología Neuralink, tiene planes ambiciosos de utilizar implantes cerebrales para conectar el cerebro humano con las computadoras. Aunque los expertos consideran improbable la posibilidad de leer la mente de las personas, la tecnología podría tener impactos transformadores en la salud humana.
Durante los últimos siete años, Neuralink ha estado desarrollando un chip de computadora capaz de monitorear la actividad de miles de neuronas en el cerebro humano. La Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) consiste en una pequeña sonda con más de 3.000 electrodos conectados a cables flexibles más delgados que un cabello humano.
Los planes de Musk para la tecnología incluyen no sólo el tratamiento de enfermedades como la ceguera y la parálisis, sino también la posibilidad de descargar información y recuerdos del cerebro. Tiene la ambición de lograr la telepatía humana y cree que esto podría ayudar a la humanidad a prevalecer en una guerra contra la inteligencia artificial.
Aunque las posibilidades parecen increíbles, la tecnología puede tener importantes beneficios para la salud humana. Por ejemplo, Neuralink ya ha realizado pruebas con cerdos, permitiéndoles controlar ordenadores con su cerebro. Esto podría ayudar a las personas con enfermedades como la parálisis a tener más autonomía e independencia.
¿Puede funcionar este proyecto?
Sin embargo, todavía quedan muchas cuestiones éticas y de privacidad que abordar con respecto a esta tecnología. Es importante garantizar que la información obtenida de los implantes cerebrales no se utilice indebidamente y que se proteja la privacidad de las personas.
Los expertos en neurociencia consideran poco probable la idea de Elon Musk de utilizar implantes cerebrales para leer la mente de las personas. Según Giacomo Valle, ingeniero neuronal de la Universidad de Chicago, la cantidad de información que se puede decodificar del cerebro es muy limitada. Juan Álvaro Gallego, investigador de la Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) del Imperial College de Londres, coincide en que el problema fundamental es que aún no se sabe dónde ni cómo se almacenan los pensamientos en el cerebro. Para leer los pensamientos, sería necesario comprender la neurociencia detrás de ellos.
Sin embargo, los usos clínicos de las ICC son prometedores. Inicialmente, la tecnología se desarrolló para ayudar a comunicarse a las personas paralizadas por lesiones en la columna o afecciones como el síndrome de enclaustramiento. Los ICC están diseñados para registrar señales eléctricas de las neuronas en la corteza motora y luego enviarlas a una computadora donde se muestran como texto. Esto permite comunicarse a las personas que no pueden moverse o hablar.
Aunque los ICC no registran los pensamientos de las personas, son capaces de leer la intención de la corteza motora de dibujar una letra, por ejemplo. Con modelos complejos, los participantes paralizados pueden escribir hasta 10 palabras por minuto, lo que representa un avance significativo. Entonces, si bien aún es poco probable leer la mente, la tecnología BCI tiene el potencial de transformar las vidas de las personas con discapacidad.
En resumen, los planes de Elon Musk para la tecnología de implantes cerebrales pueden parecer increíbles, pero es importante recordar que el objetivo principal es mejorar la salud humana. Todavía queda mucho por explorar y desarrollar en la zona, pero el potencial es enorme.