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Furia frecuente: la séptima erupción sacude el paisaje volcánico de Islandia

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El volcán islandés ha vuelto a ser noticia al rugir por séptima vez en apenas un año. Esta última erupción ocurrió un miércoles por la noche y provocó ondas de choque en todo el país y su capital, Reykjavik.

La Oficina Meteorológica de Islandia entró rápidamente en acción y estimó que la fisura del volcán situado al suroeste del país, en la península de Reykjanes, tenía una longitud de aproximadamente 3 kilómetros (1,9 millas). La erupción comenzó alrededor de las 11 p.m. hora local y continuó durante horas, antes de parecer calmarse.

A pesar del espectáculo de fuego, el tráfico aéreo hacia y desde Islandia se mantuvo normal al día siguiente, según el sitio web oficial de turismo. Esta erupción fue notablemente menor en escala en comparación con la anterior ocurrida el 22 de agosto, donde se abrió una enorme fisura de 4 kilómetros (2,5 millas) en la misma zona.

La erupción provocó la rápida evacuación de dos hoteles y una instalación de energía geotérmica ubicada cerca de la famosa Laguna Azul. Esta popular atracción turística tuvo que cerrar varias veces durante el año pasado debido a diversas actividades volcánicas en la región.

Desde una vista aérea, el magma que fluye desde el volcán Sundhnúkur en la península de Reykjanes, cerca de Grindavik, pinta una imagen fascinante y a la vez peligrosa. El pueblo pesquero cercano y los usuarios del spa geotermal Blue Lagoon fueron evacuados rápidamente, garantizando así su seguridad en medio del caos volcánico.

Snorri Valsson, portavoz de la Oficina de Turismo de Islandia, aseguró al público que el municipio de Grindavík no enfrenta ningún peligro inmediato por la erupción volcánica. Fue un procedimiento de evacuación controlado, en el que sólo 60 personas tuvieron que abandonar sus hogares.

Este evento no fue sorprendente, dado que 10 erupciones ya habían sacudido la península de Reykjanes en Islandia desde principios del año pasado. La actividad volcánica en Islandia es simplemente parte de la vida en este país único, ubicado en la frontera en constante cambio entre Europa y América del Norte.

Sólo el año pasado, Islandia experimentó más de 1.000 terremotos en un período de 24 horas, un testimonio del poder bruto de las fuerzas tectónicas que dan forma a esta nación insular. La resiliencia del pueblo islandés frente a estos fenómenos naturales es verdaderamente notable.

Mientras el volcán islandés continúa recordando al mundo su presencia, tanto los residentes como los turistas deben permanecer atentos y preparados para cualquier erupción futura. La belleza de los escarpados paisajes de Islandia sólo es igualada por las fuerzas turbulentas que yacen bajo su superficie, lo que la convierte en un destino verdaderamente cautivador pero impredecible.

Sobre el autor  /  Anna Munhoz