Viaje
Agricultura futurista: la revolución de las algas en Islandia para la producción de alimentos
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A la sombra de la central geotérmica más grande de Islandia, hay un enorme almacén que alberga una granja interior de última generación como ninguna otra que se haya visto antes. Esta innovadora instalación, creada por Vaxa Technologies de Islandia, está dedicada al cultivo de microalgas para la producción de alimentos.
Al entrar, me recibe un peculiar resplandor rosa-violeta que ilumina las pantallas iluminadas y las columnas cilíndricas de agua burbujeante. Estos elementos trabajan juntos para crear el entorno perfecto para el crecimiento de las microalgas. La directora general, Kristinn Haflidason, me guía en un recorrido por la planta futurista y me explica los métodos revolucionarios que se utilizan para criar a estas criaturas acuáticas microscópicas.
Si bien las algas marinas, o macroalgas, han sido consumidas por los humanos durante siglos, su contraparte microscópica, las microalgas, no han sido tan populares como fuente de alimento. Sin embargo, los científicos y los empresarios están empezando a reconocer el potencial de las microalgas como fuente de alimento nutritiva y sostenible. El complejo Vaxa, situado en las afueras de Reykjavik, se especializa en la producción de microalgas Nannochloropsis para consumo humano y como alimento para granjas de peces y camarones. Además, también desarrollan la bacteria Arthospira, comúnmente conocida como alga verdeazulada o espirulina.
El proceso de fotosíntesis es vital para el crecimiento de estas pequeñas criaturas, ya que convierten la energía de la luz en dióxido de carbono y oxígeno. El Sr. Haflidason explica que las algas no sólo consumen dióxido de carbono sino que también tienen un impacto negativo en el medio ambiente. Esto se debe en parte a la combinación única de la instalación de producción de algas con una planta de energía geotérmica. La planta de energía geotérmica suministra energía limpia, agua fría para el cultivo, agua caliente para la calefacción e incluso canaliza sus emisiones de dióxido de carbono a la instalación de algas.
Asger Munch Smidt-Jensen, consultor del Instituto Danés de Tecnología (DTI) y coautor de un estudio sobre el impacto ambiental de la producción de espirulina de Vaxa, destaca la baja huella de carbono de la instalación. Para mantener este bajo impacto, es esencial la electricidad renovable, así como una huella de carbono mínima en el suministro de dióxido de carbono y nutrientes. La combinación de estos factores da como resultado un proceso de producción sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
La instalación de algas está equipada con fotobiorreactores de alta tecnología que utilizan luces LED rojas y azules para impulsar el crecimiento de microalgas. Estos reactores se monitorean de cerca y se optimizan mediante aprendizaje automático para garantizar condiciones ideales para el crecimiento. La instalación es capaz de producir hasta 150 toneladas métricas de algas al año, con planes de expansión en el futuro.
El Sr. Haflidason cree que la producción de microalgas tiene el potencial de abordar la inseguridad alimentaria mundial, ya que estos cultivos son ricos en proteínas, ácidos grasos omega-3 y vitamina B12. Se predice que la industria de producción de microalgas valdrá miles de millones para 2033, y empresas como la startup danesa Algiecel están explorando métodos innovadores de cultivo de microalgas para la producción de alimentos y el secuestro de carbono.
Aunque las microalgas aún enfrentan desafíos en términos de sabor y textura, investigadores como Malene Lihme Olsen ven un gran potencial para estos pequeños organismos como futura fuente de alimento. Al incorporar microalgas a alimentos familiares como la pasta y el pan, se pueden mejorar el sabor, la textura y los beneficios nutricionales.
Mientras observo el poco atractivo lodo verde de las microalgas procesadas, recuerdo que estos diminutos organismos son muy prometedores para el futuro de la producción de alimentos. Aunque el concepto de comer algas puede resultar desconocido para muchos, los beneficios potenciales tanto para la salud humana como para el medio ambiente son innegables. A medida que miramos hacia un futuro de fuentes de alimentos sostenibles y nutritivas, las microalgas pueden ser la clave para alimentar a una población creciente en un mundo cambiante.