Cultura

Influencia rusa en la cocina brasileña más allá del Stroganoff

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Influência Russa na culinária brasileira além do Strogonoff

La cocina rusa es bastante diversa y rica en sabores, con platos que muchas veces no son conocidos ni apreciados en Brasil. Entre las opciones más tradicionales se encuentran el borsch (una sopa de remolacha), los pelmeni (un tipo de bola de masa rellena de carne), los blini (tortitas finas) y los pirozhki (un tipo de masa de masa). Además, también es posible encontrar platos como el stroganoff (que tiene su origen disputado entre Rusia y Francia), el caviar (elaborado con huevas de esturión) y el kasha (un plato elaborado con cereales como el trigo sarraceno, el arroz o la avena).

Para los amantes de los dulces, Rusia también tiene opciones deliciosas, como el medovik (un pastel de miel), el ptichye moloko (un dulce de chocolate con malvaviscos) y la halva (un dulce de semillas de sésamo).

Aunque no todas estas opciones son muy conocidas en Brasil, es posible encontrar restaurantes y establecimientos que sirven comida rusa en algunas ciudades del país. Y para aquellas personas aventureras que se arriesgan en la cocina, siempre es posible buscar recetas en internet y probar a preparar en casa estos ricos y diferentes platos.

La influencia rusa en la cocina brasileña no es tan evidente como en otros países, pero hay algunos platos que llevan huellas de la cocina rusa. Un ejemplo es el stroganoff, que, aunque es originario de Rusia, obtuvo una versión adaptada en Brasil utilizando ingredientes locales, como nata y carne de res.

Otro plato que se puede considerar una fusión entre la cocina brasileña y la rusa es la ensalada olivier, también conocida como ensaladilla rusa. Originalmente el plato se prepara con patatas, verduras, carne de pollo, guisantes y mayonesa, pero en Brasil es común incluir otros ingredientes, como zanahorias, aceitunas y jamón.

Además, existe una bebida que se hizo popular en Brasil gracias a la influencia rusa: el vodka. Aunque no es un alimento, el vodka es una bebida destilada originaria de Rusia y que se hizo popular en Brasil gracias a la inmigración rusa en el siglo XX.

Aunque no son muchos, estos platos y bebidas muestran cómo la cocina rusa dejó su huella en la gastronomía brasileña, aunque adaptada y mezclada con ingredientes locales.

Como empezó todo esto

La inmigración rusa a Brasil comenzó a finales del siglo XIX y principios del XX. Muchos de estos inmigrantes llegaron en busca de mejores oportunidades de vida y trabajo, especialmente después del fin del régimen zarista en Rusia en 1917 y la resultante Revolución Rusa.

Los rusos se asentaron principalmente en las regiones Sur y Sudeste de Brasil, en ciudades como São Paulo, Río de Janeiro, Curitiba y Porto Alegre. Trajeron consigo su cultura y tradiciones, incluida la cocina rusa.

Aunque no hay muchos platos brasileños influenciados directamente por la cocina rusa, algunos ingredientes rusos se han incorporado a la cocina brasileña. Por ejemplo, el arenque, un pescado muy consumido en Rusia, se utiliza en la cocina brasileña en platos como el “escondinho de camarones con salsa de calabaza y mostaza y miel”.

Además, es posible encontrar restaurantes de cocina rusa en algunas ciudades brasileñas, como São Paulo y Curitiba. Entre los platos más famosos se encuentran el stroganoff y el borscht, una sopa hecha con remolacha.

La presencia rusa en Brasil también se puede ver en otros aspectos de la cultura, como la música, la literatura y las artes visuales. Incluso hoy, los descendientes de rusos en Brasil mantienen sus tradiciones y ayudan a mantener viva la memoria de la inmigración rusa al país.