Los combatientes indios protestan nuevamente en Delhi, exigiendo el arresto del director de la federación rectora del deporte por presunto abuso sexual. Los atletas acusan a Brij Bhushan Singh y otros funcionarios de la Federación de Lucha Libre de la India (WFI) de acosar sexualmente a luchadoras durante años. En enero, las acusaciones aparecieron en los titulares internacionales y el gobierno prometió investigarlas, lo que llevó a los combatientes a poner fin a sus protestas.

La WFI negó todas las acusaciones hechas por los combatientes, incluido el acoso sexual. Como las investigaciones no concluyeron, los combatientes volvieron a protestar el domingo, exigiendo el arresto de Singh y que el gobierno hiciera público el informe presentado por el panel que investigó las acusaciones. También informaron que siete atletas presentaron denuncias separadas contra Singh por acoso sexual e intimidación criminal. Brij Bhushan Singh niega las acusaciones y el sitio web de la WFI todavía lo incluye como su presidente, aunque el gobierno le pidió que dimitiera durante unas semanas y formó un comité para supervisar las actividades de la federación.

No hay claridad sobre el estatus de su cargo, pero se trata de un legislador y político del gobernante Partido Bharatiya Janata. El Comité Olímpico Indio también está investigando las acusaciones contra Singh, pero aún no ha revelado sus conclusiones. Los luchadores indios, incluido el medallista olímpico Vinesh Phogat, han dicho que no competirán en torneos internacionales a menos que Singh sea destituido de su cargo. También piden justicia y que se aborde de manera más amplia la cultura del abuso de poder y el acoso sexual en el deporte.

En enero, Phogat había informado que al menos diez luchadoras le habían confesado que habían sido explotadas sexualmente por Singh. El caso es significativo ya que los mejores atletas indios se han unido para denunciar el presunto abuso de poder y el acoso sexual en el deporte. Las protestas del domingo, a las que asistieron medallistas olímpicos como Bajrang Punia y Sakshi Malik, siguen llamando la atención sobre la cuestión. Queda por ver si el gobierno indio tomará medidas adecuadas para abordar las acusaciones y garantizar la seguridad y el bienestar de sus atletas.

En abril, el Comité Olímpico Indio también creó una comisión para investigar las acusaciones de acoso sexual contra Singh, político y miembro del gobernante Partido Bharatiya Janata. El comité presentó su informe, pero los resultados aún no se han hecho públicos.

El domingo pasado, los combatientes reanudaron sus protestas exigiendo el arresto de Singh. Agregaron que siete combatientes presentaron denuncias policiales separadas contra el presidente, acusándolo de acoso sexual e intimidación criminal. Los deportistas también exigen que el gobierno haga público el informe presentado por la comisión que investigó las acusaciones.

Vinesh Phogat, dos veces medallista del campeonato mundial, publicó en Twitter una foto de los manifestantes durmiendo al aire libre. “¡Del podio a la acera! A cielo abierto, de noche, con la esperanza de justicia”, tuiteó.

Otros medallistas olímpicos como Bajrang Punia y Sakshi Malik también participan en las protestas. En enero, Phogat afirmó que al menos 10 luchadoras le habían confesado que habían sido explotadas sexualmente por Singh y que no competirían en torneos internacionales mientras el presidente de la WFI permaneciera en el cargo.

La lucha de los deportistas se considera significativa, ya que es la primera vez que los principales deportistas del país se reúnen para denunciar el abuso de poder por parte de los dirigentes deportivos. La lucha libre es uno de los deportes más populares en la India y el país tiene una rica historia de medallas en este deporte en competiciones internacionales.

Las protestas también ponen de relieve los persistentes problemas de género en la India, donde las mujeres a menudo enfrentan desigualdades, violencia sexual y abuso de poder. India ha estado lidiando con el problema del acoso sexual durante años, y movimientos como #MeToo ganaron prominencia en 2018. Los defensores de los derechos de las mujeres esperan que estas protestas conduzcan a una mayor conciencia y cambios de políticas para combatir el acoso sexual y el abuso de poder en todo el país.