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¿Qué significa el cine brasileño en el escenario actual?

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O que o cinema brasileiro entre na cenário atual

El libro “O Cinema Que Não Se Vê: A Guerra Política Por Trás da Produção de Filmes Brasileiros no Século XXI”, publicado por la editorial Fino Traço, aborda la dependencia de las producciones audiovisuales brasileñas de las leyes federales y la politiquería involucrada entre bastidores. La autora del libro, la periodista e investigadora Ana Paula Sousa, afirma que el discurso de “lucha contra los senos” asociado a las leyes de incentivos no se corresponde con la realidad. Destaca que es importante regular el mercado del streaming para proteger la producción nacional y promover el sector audiovisual, pero es necesario encontrar un equilibrio para evitar excesos. Ana Paula Sousa también destaca que el bolsonarismo ha contaminado el debate sobre las inversiones en cine y que la idea de que las leyes de incentivos son “una cosa comunista” es errónea, ya que los recursos utilizados provienen del Fondo del Sector Audiovisual, financiado mediante una tarifa pagada por las compañías telefónicas. , no de los impuestos ni del presupuesto público.

La crisis de la Ancine (Agencia Nacional de Cine) durante el gobierno de Bolsonaro se vio agravada por una serie de problemas que precedieron a la actual administración, como señaló la periodista e investigadora Ana Paula Sousa. En una entrevista, destaca que la crisis de la agencia fue un gran problema para el gobierno, que quería dificultar la realización de películas. Hubo un retraso en la liberación de recursos para varios proyectos e incluso películas que podrían haberse completado no recibieron los recursos necesarios. El gobierno también enfrentó una situación más grave, como fue la manifestación del ex ministro Osmar Terra que pidió la cancelación de avisos para la producción de películas y series con temática LGBT, lo cual es inconstitucional. Este caso llevó a Terra a ser demandada en un juicio. En definitiva, la crisis de Ancine y la política del gobierno de Bolsonaro afectaron directamente el desarrollo del cine nacional, generando retrasos y perjudicando las producciones.

El cine brasileño depende de la inversión pública debido al alto costo de producción cinematográfica. Incluso en países como Estados Unidos, varias ciudades cuentan con mecanismos públicos de incentivo para invertir en el sector. Sin embargo, en Brasil el cine está a merced de la guerra política, ya que no existe una política audiovisual independiente de los gobiernos. Además, existe una falta de percepción entre la población de que la inversión pública en cine sea legítima.

Aún así, la Agencia Nacional de Cine (Ancine) logró sobrevivir al gobierno de Bolsonaro, incluso con la crisis que afectó a la agencia. A pesar de los retrasos en la liberación de recursos y el acabado de las películas, Ancine no fue destruida y mantuvo su formato de agencia reguladora. La autora Ana Paula Sousa destaca que es importante recordar que la crisis de Ancine precedió al gobierno de Bolsonaro, pero que la situación fue agravada por la gestión actual.

En resumen, el cine brasileño enfrenta importantes desafíos políticos y regulatorios que afectan su producción y distribución, pero también presenta oportunidades de crecimiento y expansión, especialmente con el mercado global de streaming. Es fundamental que la sociedad comprenda la importancia de la inversión pública en cultura, incluido el cine, como forma legítima de desarrollo y expresión cultural. La obra “O Cinema Que Não Se Vê” de Ana Paula Sousa es una contribución importante para comprender las complejidades de la política y el detrás de escena del cine brasileño. Es necesario mantener una mirada atenta y crítica sobre la política cultural del país y valorar el papel de las instituciones públicas que apoyan el cine nacional, como Ancine, para garantizar un futuro vibrante y diverso para la producción audiovisual brasileña.

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