América Latina

Olas de calor históricas en Brasil

Anuncios

Ondas de calor históricas no Brasil

Un estudio inédito realizado por científicos de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) muestra que las olas de calor en ciudades del sur y sureste de la costa brasileña aumentaron en las últimas cuatro décadas. El número de eventos de temperaturas extremas se triplicó en la costa de Espírito Santo y se duplicó en São Paulo y Rio Grande do Sul durante el período.

Los investigadores evaluaron una serie histórica con datos de temperatura del aire recopilados cada hora del día durante las últimas cuatro décadas en estaciones meteorológicas ubicadas en cinco puntos de la costa: São Luís (Maranhão), Natal (Rio Grande do Norte), São Mateus (Espírito Santo). ), Iguape (São Paulo) y Rio Grande (Rio Grande do Sul). Luego de calcular la temperatura promedio para cada mes del año, los científicos evaluaron cuántas veces el termómetro subió por encima de ese punto, lo que se denomina evento extremo.

En São Mateus, los incidentes pasaron de siete a principios de la década de 1980 a 21 entre 2010 y 2019. En São Paulo, este número saltó de alrededor de diez a 19 en el mismo período. En Rio Grande do Sul, el número total de eventos aumentó de 14 a 28. En la costa sur, otro dato que llamó la atención fueron las temperaturas mínimas del día, que son cada vez más altas.

Según Ronaldo Christofoletti, uno de los investigadores del estudio, un frío menos intenso en Rio Grande do Sul tendrá impactos en la agroindustria, ya que las plantaciones dependen de temperaturas estables. Cuando el rango de temperatura diario aumenta, la productividad puede disminuir. Además, la mayor frecuencia de eventos extremos puede causar problemas de salud pública, como virus y enfermedades del sistema respiratorio.

El aumento de las olas de calor también puede impactar en el turismo, como ocurrió en España, donde hubo toque de queda durante el verano para proteger a la población más vulnerable a las temperaturas extremas. En países como Canadá, Portugal, España e incluso algunas ciudades brasileñas, como el estado de Goiás, los ayuntamientos han informado de un aumento de la mortalidad de personas mayores durante las olas de calor de los últimos años.

Según el estudio, la costa de Espírito Santo es la región de mayor impacto, con aumento en la frecuencia de olas de calor y frío. En los últimos 40 años, la ocurrencia de eventos de temperaturas extremas casi se duplicó en la costa de São Paulo (84%) y Rio Grande do Sul (100%).

Los resultados podrían ser aún más impactantes si se registraran informaciones sobre la temperatura en toda la costa brasileña. Según los investigadores, sólo las cinco estaciones meteorológicas implicadas en el estudio recogieron estos datos en las últimas cuatro décadas; las instaladas en otras regiones estuvieron interrumpidas durante hasta seis años.

Además, el estudio señala posibles impactos en la agroindustria. “Un frío menos intenso en Rio Grande do Sul tendrá impactos en la agroindustria. Los cultivos dependen de temperaturas estables. Cuando aumenta la amplitud térmica diaria, la productividad puede disminuir”, explica Ronaldo Christofoletti.

A medida que aumentan la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos, también hay consecuencias para la salud pública. El aumento de las olas de calor podría tener un impacto en el turismo, como ya ha ocurrido en otros países, como España, donde hubo toque de queda durante el verano por las altas temperaturas, especialmente entre las personas mayores.

Además, el cambio brusco de temperatura de un día para otro, fenómeno cada vez más frecuente en el Norte y Nordeste, trae problemas de salud, como virus y enfermedades respiratorias. En países como Canadá, Portugal, España e incluso algunas ciudades brasileñas, como el estado de Goiás, los ayuntamientos han informado de un aumento de la mortalidad de personas mayores durante las olas de calor de los últimos años.

El estudio también destaca la necesidad de una mayor inversión en bases de monitoreo por parte de gobiernos y empresas estatales y municipales, con el fin de obtener más información sobre el cambio climático y prepararse para las consecuencias que trae.

“Que puedan invertir en estas bases de monitoreo, que son mucho más baratas que la factura que pagaremos, por ejemplo, en salud pública por los impactos que provoca el cambio climático”, comenta Christofoletti. "El cambio climático no es un futuro, está aquí ahora".

Ante este escenario, el siguiente paso es pensar en cómo adaptarse a estos cambios y minimizar sus impactos. “Necesitamos comprender en detalle cómo se produce el cambio climático y por eso quisimos contribuir a nuestro estudio”, concluye el investigador.

El aumento de las temperaturas en todo el mundo ha sido una preocupación constante, especialmente en las últimas décadas, cuando el cambio climático se ha vuelto más evidente e impactante. Para mitigar estos efectos son esenciales acciones inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el uso de fuentes de energía limpias, la reducción de la deforestación y el fomento del uso de transporte sostenible.

Por tanto, es importante que los gobiernos, las empresas y la sociedad en su conjunto estén preparados para afrontar las consecuencias que ya son inevitables y que serán aún más graves en las próximas décadas. Necesitamos invertir en seguimiento, políticas de adaptación, educación y sensibilización para que podamos afrontar esta realidad de una manera más sostenible y justa.