Cultura
Seguimiento de la restauración de la Catedral de Notre-Dame 
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Cuatro años después del devastador incendio que destruyó parte de la icónica catedral de Notre-Dame de París, los trabajos de reconstrucción avanzan a toda velocidad. Con la promesa del presidente francés Emmanuel Macron de restaurar la catedral dentro de cinco años, la expectativa es que el sitio vuelva a abrir al público en diciembre de 2024.
A pesar del incendio ocurrido el 15 de abril de 2019, las investigaciones demostraron que los muros de la catedral se mantuvieron estables, al igual que la mayoría de las bóvedas. Esto permitió retirar los andamios suspendidos en los cruceros norte y sur y en los primeros tramos de la nave. Las vidrieras y el gran órgano, que se salvaron de las llamas, fueron objeto de una limpieza a fondo.
La restauración de la catedral ha sido planificada meticulosamente y, tras garantizar la seguridad de la obra, se inició la restauración interna. Se desconoce la causa del incendio, que podría haber sido un cortocircuito o el cigarrillo de un trabajador de la construcción.
Aunque la magnitud de la destrucción fue menor de lo que se temía inicialmente, el incendio causó daños importantes a la estructura y al mobiliario de la iglesia. Sin embargo, la Virgen gótica y otras reliquias importantes permanecieron intactas, siendo consideradas “el milagro de Notre-Dame”.
La restauración de la catedral ha sido un esfuerzo internacional, con donaciones y experiencia provenientes de muchas partes del mundo, incluida Alemania, donde la experta en catedrales Barbara Schock-Werner coordinó la ayuda alemana. La restauración de cuatro ventanas dañadas por las llamas y el calor se llevó a cabo en el taller de la catedral de Colonia en Alemania, y las ventanas restauradas se están reinstalando en París.
Los investigadores hicieron un descubrimiento sorprendente después del incendio: los tirantes de hierro de la primera fase de la construcción de la iglesia en el siglo XII, que mantienen unidas las piedras de la construcción, hacen de Notre-Dame la iglesia con este tipo de refuerzo de hierro más antigua del mundo.
Tras la restauración, la catedral tendrá un aspecto diferente, con más luz entrando a través de ventanas limpias y paredes libres de hollín y suciedad acumuladas a lo largo de los siglos. La reconstrucción de la estructura del tejado medieval requirió la tala de dos mil robles y las vigas se tallaron con hachas especiales, con la fachada de la catedral grabada en la hoja.
La exposición en el Museo de Arquitectura de París muestra las estatuas de los doce apóstoles y los cuatro evangelistas, que sobrevivieron al incendio porque fueron retiradas del techo para restaurarlas poco antes del incidente. La reconstrucción de la catedral provocó un debate arquitectónico, y algunos abogaban por una torre moderna de acero y vidrio, pero el proyecto no fue aprobado y la reconstrucción seguirá el estilo original de la catedral.
A medida que avanza la restauración, los profesionales involucrados en el proyecto enfrentan el desafío de equilibrar la preservación del patrimonio histórico con la incorporación de tecnologías y enfoques modernos. La reconstrucción de Notre-Dame también ha sido una oportunidad para repensar la accesibilidad y la sostenibilidad del sitio, garantizando que las generaciones futuras puedan disfrutar de la catedral.
Entre los avances tecnológicos aplicados en la reconstrucción se encuentran innovadoras técnicas de ingeniería y materiales modernos que aumentan la seguridad y durabilidad de la estructura. Además, la restauración busca mejorar la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental de la catedral mediante la implementación de sistemas de calefacción e iluminación más sostenibles.
La comunidad internacional ha seguido de cerca los avances de la restauración, ansiosa por presenciar la reapertura de Notre-Dame. El proceso ha sido una inspiración para otras iniciativas de preservación y restauración en todo el mundo, destacando la importancia de la colaboración y el intercambio de conocimientos entre diferentes países y especialidades.
Al mismo tiempo, la restauración de Notre-Dame refuerza la importancia de preservar el patrimonio cultural para la identidad y la historia de una nación. La catedral, que atrae a unos 12 millones de visitantes al año, ha sido un símbolo de fe, arte e historia, no sólo para Francia sino para el mundo entero.
Cuando las puertas de Notre-Dame se vuelvan a abrir al público en diciembre de 2024, los visitantes encontrarán una catedral restaurada pero aún profundamente arraigada en su rica historia. La reapertura será un testimonio de la resiliencia y determinación de la comunidad global para preservar y proteger el patrimonio cultural para las generaciones futuras.
Mientras continúa la cuenta regresiva para la reapertura de Notre-Dame, la atención se centra en la preparación de eventos y celebraciones que marcarán este momento histórico. Será una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del patrimonio, la historia y el arte en la vida de las personas y reforzar la conexión entre pasado, presente y futuro.